Uno de los pueblos más emblemáticos de Guadalajara, es el pueblo medieval de Sigüenza. Sede de la diócesis es, sin lugar a dudas, un lugar con un encanto especial, a veces atrapado en el tiempo.
Hace poco me tocó enseñárselo a una amiga. Hacía mucho que no psaba por allí, y me quedé asombrado de los rincones en los que nunca me había detenido, en los callejones, en las puertas de la muralla, en el ambiente tranquilo de las calles y las gentes.
La Catedral apenas si se puede distinguir en el exterior de una fortaleza. Preciosa en su sencillez y en sus detalles. Tampoco hay que perdérsela por dentro.
Hace poco me tocó enseñárselo a una amiga. Hacía mucho que no psaba por allí, y me quedé asombrado de los rincones en los que nunca me había detenido, en los callejones, en las puertas de la muralla, en el ambiente tranquilo de las calles y las gentes.
La Catedral apenas si se puede distinguir en el exterior de una fortaleza. Preciosa en su sencillez y en sus detalles. Tampoco hay que perdérsela por dentro.
La plaza mayor, sobria y bella, rodeada de pequeñas calles que te hacen sentir en otro mundo. Es, en el fondo, el epicentro de otra época.
Y por supuesto: el Castillo. Precioso, imponente. Perfecto. Dan ganas de apostarte en las almenas a disparar al enemigo, defender la puerta principal espada en mano o, simplemente, tontear con una dama junto al pozo.
Que nadie deje de ir a pasear por sus calles. Y también a comer un buen asado.Fotos: Catedral, Plaza Mayor y Castillo (Parador Nacional) de Sigüenza. Tomadas en Marzo de 2008.