
Protegido por montañas, el Tajo, todavía joven, corre alegre rodeado de extensa vegetación, de caminos donde perderse. Nadar en sus aguas casi heladas en invierno, y frías en verano, puede ser un auténtico placer, saltar en sus pequeñas cascadas, un lujo.
La única pega, que a veces hay demasiada gente, y a veces demasiado irrespetuosa con su entorno. Pero eso pasa en todas partes. Lo de la gente no importa demasiado, todos tenemos derecho a disfrutar, mientras no nos estorbemos unos a otros. Lo del poco respeto importa mucho. Una lata, una bolsa en la orilla del río estropea demasiado el paisaje. Así que desde aquí os animo a respetar aquellos sitios donde vayáis.
Y os animo también a disfrutar de las juguetonas aguas del río entre los ríos.
Fotografía: Río Tajo en Fuente del Berro, muy cerca de Poveda de la Sierra, 2005.
4 comentarios:
Por lo que se ve en la foto, si que tiene encanto..pero es verdad que nuestra tierra siempre nos tira....
Besitos.
Cuántas veces habrán surcado mis ojos esas aguas! Heladas y reconfortantes, escondidas y apasionantes, misteriosas y bellas...
Nada mejor que dejarlas recorrer tu cuerpo para luego, tiritando de frío, que el sol haga huir a sus últimas gotas por tu piel humedecida.
Tajo, río entre ríos, camino de los valles de nuestra tierra!!
P.D. Bonita iniciativa chicos. Quizá algún día me anime a colaborar.
Enhorabuena por el blog, de verdad que me gusta la iniciativa. A mostrar al mundo cómo es nuestra tierra. Un abrazo.
El otro día volvía mi padre del pueblo y se desvió para ver cómo había quedado la parte del incendio. Ahora se ha empeñado en que hagamos un documental sobre la zona (por cierto, tengo un DVD muy bonito sobre el Alto Tajo, por si queréis echarle un vistazo), así que si prospera la idea ya os comentaré.
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